Dispersión de la luz: el arco iris
Un ejemplo de dispersión de la luz es el arco iris. Para ver
un arco iris el sol debe iluminar parte del cielo y existir gotas de agua en
una nube o cayendo en forma de lluvia, en la parte contraria del cielo.
Cuando damos la espalda al Sol, vemos un espectro de
colores, que forma un arco.
Los bellos colores se forman por la dispersión de la luz
solar en millones de gotitas esféricas de agua, que funcionan como prismas.
Un arco iris tiene forma de cono tridimensional, con la
punta en los ojos del observador. Mientras
mayor sea la región de las gotas de agua, la capa cónica a través de la cual
ves será más gruesa, y el arco iris más luminoso.
Otra característica es que el arco iris se mueve cuando tu
te mueves. De esta forma nunca podrás acercarte o alcanzarlo.
Con frecuencia se puede observar un arco iris más grande, secundario,
el cual se forma por la doble reflexión dentro de las gotas de lluvia. Por esta
perdida adicional en la reflexión y en la refracción adicional, el arco
secundario es mucho más débil, y sus colores están invertidos.
Cuando el rayo de luz solar penetra una gota se refracta y sufre descomposición .
El haz multicolor se refleja en la superficie interna de la gota y al salir de ella vuelve a refractarse, lo cual produce una mayor separación de los colores. El color rojo observado desde la superficie de la tierra proviene de las gotas mas altas y la luz violeta de las gotas mas bajas.
4to 2 Nocturno